Generalmente, el llanto del bebé es señal de que algo le sucede. Las causas pueden ser variadas: desde tener hambre, los gases, un cólico, pañal sucio… aunque también hay ocasiones en las que no se sabe realmente por qué está llorando y cuál es la causa de que lo haga de forma prolongada. Muchos padres pueden llegar a desesperarse, aunque hay sencillos trucos que, hasta el momento, son infalibles.
Contacto
Uno de los mejores trucos es que el bebé esté en total contacto con la piel de sus padres. Por ejemplo, se le puede colocar directamente sobre el pecho para que oiga los latidos del corazón de la madre, siendo muy importante no estar nerviosa y no transmitirle ninguna sensación de ansiedad.
La clave de este contacto está en, precisamente, transmitirle a través de ese contacto piel con piel un cierto confort, además de seguridad y, por supuesto, tranquilidad.
Sonido
Los sonidos también se han demostrado como una opción muy efectiva para acallar el llanto. Dentro de ellos, por ejemplo, está el de la lavadora. Un electrodoméstico del que, además, les mantiene atentos al giro del tambor. También funciona un secador de pelo, una aspiradora, televisor, ventiladores….
Es decir, cualquier aparato que tenga un sonido continuado, así como la radio y la música con la que se puede crear un ambiente muy tranquilizador, sobre todo, si se acompaña de una luz tenue y de una temperatura agradable.
Movimiento
Otra de las alternativas que se puede probar es estar en movimiento. Y no solo vale pasearlo por casa o mecerlo, sino que igualmente es útil todo aparato, como una lavadora, que se mueve o vibra. Un efecto que también tienen las secadoras. El bebé se mantendrá tranquilo si se está sobre estos electrodomésticos mientras están vibrando. Eso sí, no hay que olvidarse de sujetarlo bien para que no se caiga.