El embarazo implica una serie de cambios que van más allá de los que cualquiera puede apreciar a primera vista. A un nuevo físico hay que sumar una nueva vida a nivel psicológico, ya que la futura mamá se prepara para un futuro acontecimiento que modificará sus hormonas y sus pensamientos al mismo tiempo.
Necesidades afectivas
El proceso de adaptación es necesario. De ahí que no sea extraño toparse con altibajos emocionales acompañados de una mayor susceptibilidad. Se puede pasar de la alegría a la tristeza o del buen humor al mal humor en cuestión de minutos. El proceso de gestación implica una serie de necesidades afectivas que hay que cubrir para que todo sea lo más llevadero posible.
Preocupaciones de todo tipo
Las preocupaciones van en aumento desde el primer día. ¿Se desarrollará mi hijo como es debido? ¿Seré capaz de darle lo mejor? ¿Estamos preparados para semejante cambio en nuestras vidas? Son solo algunas de las preguntas que se formulan muchas madres con algo de temor. Preguntas que es bueno compartir con los demás, sobre todo si han pasado por la misma experiencia.
Dichas preocupaciones son distintas dependiendo del trimestre de embarazo en el que nos encontremos. Eso explica que durante el tercer trimestre la ansiedad haga acto de presencia, ya que los futuros papás tienen muchas ganas de conocer a su hijo. No solo por el hecho de tenerlo entre sus brazos, ya que también suele preocupar que nazca en las mejores condiciones posibles. Eso no solo implica fijarse en la salud del pequeño. La salud de la futura mamá es igual de importante.
Es en esa etapa, y también justo después, cuando surgen otro tipo de preocupaciones que tienen que ver con el físico. A algunas mujeres les preocupa perder la figura y no poder recuperarla. Ya sea por autoestima o porque una buena imagen es indispensable en sus trabajos, se encierran en un espiral de negatividad del que es difícil salir si no se tienen apoyos. Por eso la pareja juega un papel fundamental a la hora de quitar hierro al asunto dedicando palabras bonitas para subir la autoestima.
Prueba de fuego para la pareja
A todo esto hay que sumar el reto que supone un embarazo para una pareja. Hay momentos de nervios, de estrés, de felicidad, de dificultades… La fortaleza del amor se pone a prueba. No es lo mismo ser dos que ser tres. Debería ser algo positivo para cualquier pareja el pasar a formar una familia, pero en determinadas ocasiones las relaciones terminan cuando hay un embarazo de por medio, sobre todo si ha sido no deseado.