Existen diferentes rutinas de autocuidado que una mujer puede integrar durante su embarazo. Hacer ejercicio es una práctica positiva. Sin embargo, es esencial reforzar la seguridad durante el proceso. En Rincón del Peque te damos cinco consejos.
1. Consulta siempre el criterio médico
Antes de practicar un ejercicio concreto, habla con tu médico. Ten en cuenta que la conveniencia de una dinámica depende de múltiples factores: evolución del embarazo, situación personal, necesidades… En ocasiones, el especialista puede desaconjar una práctica si existe algún tipo de riesgo para la madre o el bebé.
2. Ejercicio: moderado y de bajo impacto
Generalmente, es positivo realizar ejercicio en esta etapa (aunque, como hemos indicado, es el experto quien debe resolver todas las dudas). Hay dos requisitos que conviene atender. Por una parte, hay que evitar cualquier exceso: la moderación es clave para disfrutar de una rutina saludable. Por otra parte, la actividad llevada a cabo debe presentar un bajo impacto.
3. Escucha tu cuerpo y tus emociones
Más allá de los objetivos específicos que te has marcado en la práctica de ejercicio físico, es importante que, durante el proceso escuches tu cuerpo, tus emociones y tus sensaciones. Por ejemplo, si experimentas algún tipo de malestar, detén el ritmo de la actividad y céntrate en ti.
4. Haz una actividad que te guste
No siempre es fácil mantener la motivación durante la práctica de una actividad. Por esta razón, es aconsejable que conectes con una propuesta que te gusta y te entretiene. Es decir, practica una disciplina que potencia tu bienestar durante el embarazo y, además, te aporta una distracción divertida.
5. Disfruta de paseos agradables: caminar es una actividad muy saludable
Practica ejercicio con moderación. No hagas un esfuerzo excesivo. Adapta el plan de acción a tus necesidades. Por ejemplo, prepárate para empezar a realizar ejercicio de forma gradual.