Puede que no lo sepas, pero la caries es una enfermedad infecciosa crónica que se da hasta cinco veces más que el asma y hasta siete veces más que la rinitis alérgica. Por eso es importante hacer todo lo posible para prevenirla desde que se es un niño.
A continuación te hablo de sus causas y de los buenos hábitos que harán que tu hijo tenga menos posibilidades de sufrir caries.
Causas
– Hábitos alimenticios incorrectos: Una dieta muy cariogénica, compuesta por alimentos ricos en hidratos de carbono, dulces y azúcar, multiplicará la probabilidad de desarrollar caries precoz. En ese sentido, la fruta y la verdura pueden convertirse en unos grandes aliados, sobre todo si se consumen crudas y con cáscara.
– Alimentación por la noche: No es bueno que el niño coma justo antes de irse a dormir, y menos si después no se cepilla los dientes. ¿Por qué? Pues porque el flujo salival es casi nulo mientras dormimos, algo que propicia el ataque de bacterias.
– Higiene oral incorrecta e insuficiente: No solo hay que lavarse los dientes después de cada comida, sino que hay que hacerlo a conciencia, repasando bien todos y cada uno de los dientes y empleando un mínimo de tres minutos. Además, después de eso es muy conveniente utilizar el hilo dental una vez al día.
– Transmisión de bacterias: Hay conductas que potencian la transmisión de bacterias de la saliva del padre o de la madre que aumentan el riesgo de que el bebé o el niño puedan sufrir caries de forma prematura.
– Características dentales: Ciertos defectos en el esmalte pueden hacer que un niño sea más propenso a sufrir caries en edad temprana.
– Dentista: Antes del año se recomienda acudir al odontopediatra. Cuanto antes visites el dentista junto a tu hijo, más pronto podrán detectar enfermedades bucodentales.
Recomendaciones
– Pon énfasis en una higiene oral correcta desde que nazca tu bebé. Pregúntale al odontopediatra sobre cómo hay que hacerlo en función de la edad del pequeño.
– Evita el consumo de alimentos con abundante azúcar, sobre todo durante los dos primeros años de vida del niño. De la misma forma, evita las bebidas y los refrigerios azucarados.
– Agua y leche antes que zumo, por lo menos hasta que cumplan tres años.
– Sustituye el biberón por vasos a partir del primer año.
– Utiliza medicamentos sin azúcar.
– Cepíllale los dientes dos veces al día.
– Acude al dentista con regularidad.