El embarazo debería ser una de las etapas más bonitas de la vida de una mujer. Sin embargo, en algunos casos puede implicar un riesgo para la salud de la madre y del bebé. Nos referimos a los embarazos de alto riesgo, es decir, en los que hay factores médicos, ginecológicos o sociales que aumentan las probabilidades de mortalidad durante la gestación y el parto.
Las posibles causas de un embarazo de alto riesgo son numerosas (anemia, hepatitis, diabetes, toxoplasmosis, obesidad, edad maternal inferior a los 18 o superior a los 40, embarazos múltiples…), pero en cualquier caso es importante seguir un control exhaustivo y tener unos cuidados especiales. Hoy te damos algunos consejos para llevar este tipo de gestaciones.
No te saltes ningún control
Si, lamentablemente, tienes un embarazo de alto riesgo, es imprescindible que no te saltes ningún control. De hecho, si por problemas médicos u otros motivos sospechas que puedes tener una gestación de este tipo, deberás acudir al ginecólogo al mínimo síntoma de embarazo.
Un estilo de vida calmado
Por supuesto, a la hora de llevar un embarazo de alto riesgo es imprescindible mantener un estilo de vida calmado. Así, es imprescindible que no realices ejercicio de forma excesiva y que, en la medida de lo posible, te liberes de las ansiedades. Eso sí, aunque el reposo es importante, tampoco deberá ser excesivo.
Dieta sana y equilibrada
Por otro lado, queremos recomendarte que sigas una dieta sana y equilibrada. Además, lo ideal sería que antes de quedarte embarazada eliminaras de tu vida todos los malos hábitos, como fumar o beber alcohol. Por último, debes saber que la sumplementacion farmacológica con ácido fólico, yodo y otras vitaminas entre las cuatro semanas anteriores y las doce semanas tras la concepción puede ser recomendable.