El verano está a punto de acabar, lo que quiere decir que la vuelta al cole está a la vuelta de la esquina. Es importante tener en cuenta que durante la época escolar los más pequeños acaban las jornadas completamente agotados, algo que no es de extrañar si tenemos en cuenta la ajetreada vida que llevan: se levantan pronto, tienen que ir al colegio, deben hacer actividades extraescolares, les debe sobrar tiempo para hacer los deberes… Por eso, es imprescindible ofrecerles una alimentación sana y equilibrada para que tengan fuerzas y ánimos cada día.
En Rincón del Peque ya te hemos comentado cómo deben ser los desayunos y las meriendas de los niños pero, ¿qué hay de las cenas? ¡A continuación vamos a darte las claves para que aciertes con esta importante comida diaria!
La única comida en familia
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en muchos casos, la cena es la única comida del día que se realiza en familia, por lo que es importante dedicarle bastantes minutos para que el pequeño pueda disfrutar de la compañía de sus padres y hermanos. En cuanto al horario, lo ideal es que no sea demasiado tarde para que pase un tiempo prudencial hasta la hora de dormir, aunque también es esencial que pasen dos o tres horas desde la merienda. Lo más importante es que la cena sea siempre a la misma hora.
Complementando la comida
En cuanto al tipo de comida, es importante que complemente lo que el pequeño haya comido durante el día. En general, se recomiendan las verduras, los cereales y las hortalizas, evitando los alimentos proteicos y grasos. En cuanto a las verduras, mejor ofrecerlas enteras y frescas, ya que en los comedores escolares suelen venir en puré. Exactamente lo mismo ocurre con los huevos. Además, es aconsejable ofrecerles pescado azul y pequeño, y no ofrecerles platos precocinados.
Cenas ligeras
Por otro lado, es esencial que las cenas sean ligeras para que no se entorpezca el descanso. Por supuesto, la cena tampoco deberá ser escasa para que al niño no le entre hambre a media noche.