¿Tu hijo tiene deberes y te ha pedido ayuda? No deberías negársela, pero tampoco deberías hacerlo todo tú. Se trata de encontrar ese equilibro que le permita ser el protagonista de sus tareas sintiéndose apoyado en todo momento. Al fin y al cabo es por su bien, para que aprenda todo lo que ha empezado a conocer por primera vez en el colegio.
Haz todo lo posible para que el área de estudio esté bien iluminada, sea cómoda y tenga todo el material escolar necesario. También es importante que sea una zona tranquila, libre de juguetes y aparatos tecnológicos que puedan distraerle.
Los errores más comunes
1- Hacer los deberes en cualquier parte: Lo más recomendable es hacerlos siempre en su sitio, que normalmente será la mesa de escritorio de su habitación. No sirve la excusa de tener poco tiempo para ayudarle en la cocina o en el cuarto de baño.
2- Protestar por la cantidad de deberes que le han mandado a tu hijo: Si dices que son demasiados, le estarás dando la razón e irás contra quien se los ha mandado.
3- Hacerlos uno mismo: Ni aprenderá ni aumentará su capacidad de trabajo. Lo tendrá todo hecho y se acostumbrará a ello rápidamente.
4- El peor momento del día: Haz todo lo posible por no discutir con tu hijo cuando hace los deberes. Debe ser un momento de tranquilidad, no un momento de quejas y enganchones.
5- Pasar de él: Si te ha pedido ayuda es porque la necesita. Deja el teléfono móvil y préstale atención.
6- Control total: No le agobies preguntándole constantemente si ha hecho los deberes. Debe aprender por sí mismo a ser responsable con sus obligaciones.
7- Demasiadas tareas extraescolares: Está muy bien que los niños hagan deporte, aprendan idiomas o participen en clases de música. Sin embargo, es perjudicial que lleguen muy cansados a casa cada día, porque apenas tendrán fuerzas e interés para hacer los deberes como es debido.