¿Ya has sufrido alguna que otra rabieta de tu hijo? Son más o menos habituales en los niños de entre 2 y 4 años, lo que no quiere decir que tengamos que tolerarlas. Eso sí, por muy molestas que sean las pataletas, las llanteras y los gritos, deberemos procurar no perder los nervios, algo que sabemos que es bastante difícil de conseguir.
Si quieres lograr que las rabietas no se conviertan en el mejor aliado de tu hijo para conseguir lo que quiere, deberás aprender a controlarlas. Hoy en Rincón del Peque te dejamos algunos trucos para conseguirlo.
No ceder
La norma número uno para acabar con las rabietas es no ceder ante las exigencias del niño, ya que, si lo haces, harás entender al pequeño que ésta es una buena forma de conseguir lo que quiere. Por eso, una de las mejores cosas que puedes hacer es ignorarle. Así, si la pataleta tiene lugar en casa, deberás decirle que su actitud no está siendo buena y salir de la habitación en la que esté. Si estás en la calle, un buen truco es darle la espalda o moverte de sitio.
Una vez se le haya pasado la rabieta, deberás hablar con el pequeño sobre lo que ha pasado y explicarle que las cosas se pueden solucionar sin tener que llegar a este punto.
Prevenir las rabietas
Aunque estos trucos te pueden venir muy bien, lo mejor es que prevengas las rabietas en la medida de lo posible. Para ello, te recomendamos que des de comer al niño o lo dejes descansar si notas que tiene hambre o está cansado, ya que estos dos factores pueden provocar e intensificar las pataletas. Además, es importante que te anticipes a los berrinches razonando y negociando con el pequeño. Para ello, deberás conocer bien a tu hijo.