El dolor de pechos es uno de los primeros síntomas que aparecen en el embarazo (suele comenzar a partir de las dos semanas de la concepción). Normalmente suele ir acompañado de algunos cambios, como el aumento del tamaño del pecho y del pezón y el oscurecimiento de la areola.
El causante del cambio y del dolor en los senos es el propio cuerpo, que se prepara para la futura lactancia del bebé. El problema es que para muchas mujeres puede resultar tremendamente molesto. De hecho, algunas embarazadas tienen problemas hasta para llevar sujetador. Por suerte, el dolor suele disminuir a partir del segundo trimestre. Eso sí, para aliviar tu sufrimiento durante los primeros meses, hoy queremos darte algunos consejos. ¿Nos acompañas?
Escoger el sujetador adecuado
Hay algunos trucos que pueden ayudarte a aliviar el dolor de pechos durante el embarazo. Por ejemplo, debes saber que una de las claves es utilizar un sujetador que te proporcione una buena sujeción. Lo ideal es que escojas modelos que se adapten a tu talla. Además, es preferible evitar los que tienen varillas internas y que escojas los que están realizados con algodón, ya que son más transpirables y cómodos que los sintéticos.
Almohadillas
Siempre que notes el dolor, es importante que relajes la espalda y respires profundamente. Además, va bien colocar una almohadilla térmica o de hielo sobre los pechos. Si las molestias son insoportables, puedes tomar algún calmante, aunque siempre recetado por tu médico.
En la ducha
También deberás tener cuidado a la hora de ducharte. Así, es importante que evites los jabones para la areola y los pezones, ya que resecan la piel, y que no utilices agua ni muy fría ni muy caliente. Eso sí, algunos expertos recomiendan acabar la ducha con un chorro de agua fría sobre cada pecho para aliviar la hinchazón y el dolor. Por otro lado, debes saber que es buena idea utilizar productos hidratantes. Además, es bueno realizar unos 20 minutos de ejercicio diarios.
Retención de líquidos
Por último, queremos recomendarte que bebas mucha agua para eliminar el exceso de líquidos y que intentes evitar la sal para no retenerlos.