Sin duda, una de las cosas que más suele desesperar a los padres de recién nacidos es la falta de sueño provocada, en gran parte, por el horario irregular de sus hijos. Y es que, aunque los bebés suelen dormir mucho, lo cierto es que no acostumbran a dormir más de 3 o 4 horas seguidas, independientemente de que sea de día o de noche. Afortunadamente, esto solo ocurre durante las primeras semanas de vida del recién nacido. De hecho, a partir del mes y medio los patrones de sueño empiezan a seguir los ciclos de luz-oscuridad, por lo que el niño duerme más por la noche. Además, debes saber que aproximadamente el 70% de los bebés duermen cinco horas seguidas a partir de los tres meses.
Cuando llegue este momento, podrás comenzar a establecer unos hábitos de sueño saludables. ¡Te damos las claves para conseguirlo a continuación!
Diferencias entre la siesta y la noche
En primer lugar, debes saber que durante las siestas los bebés deben percibir la luz del sol. Además, es importante que se habitúen a los ruidos cotidianos del hogar. En cambio, por la noche conviene que haya oscuridad y silencio. De esta manera, el pequeño empezará a diferenciar el día de la noche.
Rituales antes de dormir
Por otro lado, es importante que tengas en cuenta que para que el niño duerma plácidamente durante el máximo de horas posibles, es buena idea realizar un ritual relajante antes de meterlo en su cuna. Por ejemplo, puede ser buena idea darle un baño caliente a última hora de la tarde. De esta manera, asociará que ya se acerca el momento de dormir. También es buena idea poner en práctica algún juego relajante. Por supuesto, también podrás contarle un cuento o cantarle una nana, sobre todo cuando sea algo más mayor (a partir de los 6 meses).
En su propia habitación
A partir de los 3 meses es recomendable que el niño duerma en su propia habitación. Si esperas demasiado, el bebé podría sufrir la angustia de separación, lo que dificultaría el cambio. Eso sí, es mejor que le acuestes cuando esté soñoliento pero despierto. Así, le darás la oportunidad de que se duerma por sí solo.