Qué es el síndrome del niño emperador y cómo detectarlo

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La educación de un hijo es uno de los objetivos que más importa e implica a los padres como referentes de formación. Cuando la conducta infantil muestra los síntomas del síndrome del niño emperador, los progenitores sienten que han perdido la autoridad frente a su hijo ya que él desafía constantemente con su actitud. De este modo, el niño empieza a tener una actitud de control en su entorno a partir de este trastorno de conducta para el que es recomendable que los padres consulten asesoramiento profesional.

Actitud de manipulación frecuente

El niño tiene esta actitud a partir de la fuerza de aquellos impulsos que tiene dificultad para gestionar a nivel emocional ante la baja aceptación de la frustración como un ingrediente más de la vida. Es decir, no se siente cómodo con el concepto de norma y de límite que impone un freno a sus propios deseos. La supremacía del yo es una norma constante que impera en el mapa del mundo de aquel niño que experimenta este rol desafiante y sus efectos en los demás.

Esta tiranía de la baja tolerancia hacia la frustración se manifiesta en una ecuación poco equitativa. Aquella que refleja las constantes demandas que el niño realiza y la tendencia de hacer responsables a los demás del propio estado de ánimo. Tienen un sentimiento de incomodidad frecuente no solo ante las normas del hogar familiar, sino también, ante los principios del sistema escolar.

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Educación para reforzar al niño

La educación es el mejor recurso para influir de forma positiva en el niño. Es importante que el padre y la madre estén de acuerdo en los principios y directrices sobre los que educar a su hijo. A su vez, también es recomendable solicitar asesoramiento psicológico profesional para tener un diagnóstico de la situación y desarrollar nuevas herramientas de cambio.

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