Como bien sabes, ser padre no es nada fácil. De hecho, muchos de nuestros comportamientos pueden afectar de manera negativa a los niños, así que deberemos hacer todo lo posible para evitarlos. Es el caso de las discusiones, que repetidas con mucha frecuencia delante de los peques pueden tener efectos en sus emociones y, por supuesto, en su comportamiento.
En muchos momentos los padres necesitan solventar determinados problemas de convivencia, pero no siempre pueden hacerlo en privado. Si te encuentras en esta situación, lo mejor es evitar gritos, insultos y amenazas; no hacer referencia a los pequeños; e intentar negociar sin imponer. Si no lo haces, podrás provocar las siguientes consecuencias.
Sentimientos negativos
Lógicamente, el estado emocional de los progenitores influye en los pequeños. Así, es normal que los niños se muestren alegres cuando sus padres también lo están y viceversa. Por tanto, si tus hijos te ven discutir se preocuparán. De hecho, algunos estudios aseguran que la mayoría de niños se muestran tristes cuando presencian una pelea conyugal. Otros, en cambio, se enfadan. En cualquier caso, se trata de sentimientos negativos que deberíamos evitar en los pequeños de la casa.
Repetición de conducta
También hay que tener muy en cuenta que los niños toman a los padres de ejemplo, por lo que es normal que repitan las mismas cosas que ellos hacen. En este sentido, si se acostumbran a ver a sus progenitores discutir, entenderán que ésta es la forma habitual de resolver los problemas, adoptando este comportamiento en un futuro. De hecho, muchos de los niños que han tenido que presenciar peleas conyugales han mostrado comportamientos agresivos y delictivos con el paso del tiempo.
Por supuesto, las discusiones delante de los hijos también deben evitarlas los padres separados. Encontrarás más información sobre el tema en nuestro artículo “Errores más comunes de los padres separados”.