Durante esta época del año las gripes y los resfriados están a la orden del día, así que es normal que tu pequeño tenga fiebre en algún momento. Es importante que tengas en cuenta que este síntoma no es más que una defensa del cuerpo, así que no debería preocupar en exceso, a no ser que se trate de una fiebre muy alta. En cualquier caso, es importante saber tomar la temperatura a los niños.
Hoy en Rincón del Peque queremos darte las claves para que midas la temperatura de tu hijo de forma correcta. ¿Te gustaría acompañarnos?
Antes de utilizar el termómetro
Lo primero que debes tener en cuenta es que en el mercado puedes encontrar diferentes tipos de termómetros. Independientemente del modelo que tengas en casa, antes de utilizarlo deberás asegurarte de que está en buenas condiciones. Así, es importante que no haya estado expuesto a altas temperaturas ni a los rayos del sol. Por otro lado, en los termómetros digitales es necesario borrar la última medición. En cuanto a los de mercurio, no se recomiendan en absoluto, ya que pueden llegar a ser peligrosos.
Cuándo y en qué parte del cuerpo tomar la temperatura
En cuanto al momento de tomar la temperatura al niño, es mejor que no sea tras haberlo bañado o si ha estado demasiado abrigado, sobre todo si se trata de un bebé. Respecto a la parte del cuerpo en la que medir la fiebre, muchos expertos recomiendan la axila y hacerlo preferiblemente con un termómetro digital, ya que los orales y los que están pensados para el oído no son tan fiables. Además, algunos especialistas los desaconsejan. Tampoco es necesario tomarle la temperatura por el recto y, si se hace, primero hay que lubricar la zona.
Si te decantas por la medición de la temperatura en la axila, debes saber que el termómetro debe estar en contacto directo con la piel. Lo mejor es hacerlo cuando el pequeño está tranquilo, sobre todo si se trata de un bebé.