La fiebre es uno de los temas que más preocupa a los padres. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones no hay de qué preocuparse. En este sentido, hay que tener claro que las altas temperaturas no son una enfermedad, sino un síntoma. Además, debes saber que se considera fiebre cuando la temperatura rectal del niño es de 38º o más. Eso sí, a veces lo importante no es la fiebre, sino cómo se encuentra el pequeño.
Por otro lado, es importante que tengas en cuenta que en ocasiones la fiebre ayuda a luchar contra alguna infección, por lo que no requiere tratamiento. Eso sí, si las altas temperaturas implican malestar, es mejor bajarlas. Te explicamos cómo hacerlo a continuación!
Medicamentos
Hay algunos fármacos que ayudan a bajar la fiebre como, por ejemplo, los que contienen paracetamol o ibuprofeno. Eso sí, a la hora de administrarlos es imprescindible seguir las indicaciones del pediatra.
Hidratación
La hidratación también es clave para rebajar la temperatura. Así, si se trata de un bebé, es buena idea darle el pecho o el biberón a menudo o agua entre tomas. También a los niños más mayores deberás ofrecerles abundantes líquidos, ya se trate de agua o de zumos de frutas. Lo que no se recomienda es obligar al pequeño a comer si no le apetece.
Mantenlo fresco
Por otro lado, es importante vestir al pequeño con ropa ligera y amplia para que el calor corporal pueda escapar. Además, es buena idea ir mojando sus extremidades con paños húmedos, aunque estos nunca deberán estar fríos ni muy calientes, sino templados. Eso sí, si ves que tiene escalofríos o está tiritando, deberás cubrirle con una manta hasta que se le pase. Por último, queremos comentar que los baños fríos no son nada recomendables, aunque sí que puede ser buena idea bañar al pequeño con agua tibia.
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