¿Sabías que un biberón mal preparado puede ocasionar graves consecuencias en los bebés? De hecho, acaba de salir a la luz el caso de un pareja originaria de Mali, pero residente en Barcelona, que acaban de ser condenados a tres años de presión e inhabilitados de su función como padres por incumplir las recomendaciones que recibieron para alimentar a su hija, ocasionándole una discapacidad mental.
Lo que hicieron estos padres imprudentes fue añadir más leche en polvo de la recomendada y, además, introducir otros alimentos, como arroz, cacao y cereales, entre otros. Lo sorprendente del caso es que preparar un biberón de leche artificial es muy sencillo. Lo único que hay que hacer es seguir las instrucciones del fabricante. Además, hay una serie de normas universales que todo padre debería conocer. Te las contamos a continuación.
Agua de mineralización débil
Lo primero que hay que tener en cuenta es que antes de empezar a preparar el biberón hay que lavarse bien las manos y esterilizar tanto la tetina como el recipiente. Después, hay que calentar el agua, que preferiblemente debe ser de mineralización débil, hasta conseguir una temperatura de 37ºC.
La cantidades adecuadas
Por otro lado, es importante tener en cuenta que los fabricantes de leche artificial han establecido que lo recomendado es añadir un cacito raso de leche en polvo por cada 30 ml de agua, siempre echando el agua primero. Por supuesto, se debe escoger la leche dependiendo de la edad del bebé. Además, no se deben añadir cereales antes de tiempo ni ningún tipo de condimento.
No guardes las sobras
Una vez hayas echado el agua y la leche, tendrás que cerrar el biberón y agitarlo. Cuando el pequeño haya acabado con la comida, deberás limpiar muy bien tanto el recipiente como la tetina. Además, debes saber que no es recomendable conservar las sobras, sino que hay que desecharlas.