El arte alimenta la expresión y la creatividad infantil. Así como es positivo decorar un rincón de lectura para fomentar el interés por los cuentos, un espacio artístico está perfectamente diseñado para pintar, dibujar, hacer manualidades, experimentar y realizar caligrafía.
1. Espacio propio
Existen espacios del hogar que tienen un uso multifuncional, es decir, se adaptan a necesidades diferentes. Sin embargo, es recomendable que el niño pueda disfrutar de un pequeño rincón creativo de forma exclusiva.
2. Una mesa amplia y cómoda
El mobiliario para decorar el ambiente puede ser sencillo y muy básico. La mesa es el mueble principal, por ello, es recomendable que el tablero sea amplio. De este modo, ofrece la extensión necesaria para poner materiales con distintas medidas.
3. Materiales accesibles para crear
El rincón de arte es un entorno de experimentación y creatividad. Por ello, la planificación de la zona debe poner en el centro las necesidades del propio niño. Es recomendable que el lugar le resulte accesible. De este modo, aumenta su nivel de autonomía en su interacción con el entorno. El rincón de arte es un espacio que evoluciona con el propio crecimiento infantil. Es decir, cuando el niño es pequeño necesita el acompañamiento y la supervisión de un adulto para realizar diferentes actividades.
4. Orden
Un espacio ordenado facilita la realización de un proyecto. Incrementa la inspiración y la creatividad durante el proceso. Además, la estancia resulta más cómoda cuando cada material se encuentra en su lugar. Por ello, conviene no llenar el rincón infantil con un exceso de recursos y herramientas. La sencillez es un valor desde el punto de vista decorativo.
5. Implica al niño en la creación de un espacio que le guste
El niño puede participar de la experiencia de dar forma a un espacio que refleja sus propios gustos y preferencias. Por ello, también puedes pedirle opinión o tener en cuenta sus ideas.