Los niños manifiestan su creatividad en múltiples experiencias cotidianas. Existen actividades que, además de entretener, producen este efecto creativo. En Rincón del Peque compartimos algunos ejemplos.
1. Escritura creativa
El niño puede escribir historias sobre temas que forman parte de su realidad más inmediata. El lenguaje se convierte en un vehículo de ilusión a través del que el autor da forma a un relato sencillo, pero que posee un elevado valor emocional. Los relatos escritos en la niñez se convierten en recuerdos imborrables en la etapa adulta.
2. Lectura
A través de este hábito, los niños mejoran su comprensión del texto y adquieren una mayor velocidad lectora. Existen tantos autores e historias diferentes que el contacto frecuente con la literatura fomenta la creatividad en los peques.
3. Magia
Si existe una disciplina que hace soñar a niños y adultos esa es, sin duda, la magia. La magia no solo puede estar presente en las películas, sino también en la vida. Los talleres de magia para niños imparten formación en esta materia.
4. Aficiones personales
Existen actividades que ocupan un mayor espacio en la vida de aquel protagonista que dedica tiempo a una propuesta de entretenimiento. Una afición es uno de los estímulos que los niños disfrutan en su tiempo libre.
5. Colorear
La creatividad nace de la observación de la realidad. Y existen distintas experiencias que propician este contacto con lo natural: colorear es un ejemplo de actividad sencilla y atemporal.
6. Paseos por la naturaleza
Actualmente, los niños tienen acceso a la tecnología y, por tanto, disponen de nuevas formas de ocio. Sin embargo, existen pasatiempos tradicionales que no pasan de moda: los paseos por la naturaleza ponen en valor esta experiencia saludable.
Por tanto, la creatividad está en estrecha relación con la felicidad. Por ello, estos planes no solo potencian la expresión creativa, sino también la alegría.