La estimulación temprana tiene como objetivo potenciar el desarrollo físico y psicológico de los bebés a partir de la aplicación de cuidados que aplicados de un modo continuado producen un beneficio cognitivo, emocional y corporal. La importancia de la estimulación temprana es determinante porque esta etapa de la vida produce una influencia en el futuro. Por ello, estas experiencias propician un aprendizaje de vida.
El valor de estos juegos y ejercicios se resume en el propio concepto de estimulación (activa la mente y los sentidos de los niños) y temprana (se aplica en este momento específico). ¿Qué beneficios aporta?
Desarrollo cerebral
Esta estimulación alimenta el potencial del cerebro generando nuevas conexiones neuronales y experiencias de aprendizaje a través de las que el niño comienza a descubrir el entorno que le rodea.
Desarrollo integral del niño
La estimulación temprana observa al niño desde su perspectiva integral del desarrollo corporal y psicológico. Por esta razón, las dinámicas llevadas a cabo en este contexto producen este beneficio bidireccional.
Desarrollo social
Por medio de estas dinámicas, el bebé fortalece los vínculos afectivos con sus padres generando un apego seguro a partir de experiencias vivenciales que tienen un efecto terapéutico en su estado de ánimo.
Desarrollo de la curiosidad
La curiosidad y la infancia son dos conceptos que se retroalimentan mutuamente. Sin embargo, esta atención temprana activa todavía más esta experiencia de observación en el proceso de descubrimiento del entorno exterior.
Desarrollo del lenguaje
Aunque la capacidad expresiva de un bebé no alcanza el poder de expresar palabras, por el contrario, el niño sí recibe el estímulo de los sonidos. A su vez, el bebé también expresa su estado de ánimo a través de experiencias primarias como el llanto o la sonrisa.
Por tanto, esta estimulación temprana incrementa la calidad de vida feliz del bebé.