Rutina nocturna con cuentos para dormir: consejos prácticos

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Establecer una rutina nocturna con cuentos para dormir no solo ayuda a los niños a relajarse antes de acostarse, sino que también fortalece el vínculo con los padres y estimula su imaginación. Sin embargo, para que este momento sea realmente efectivo, es importante prestar atención tanto a la preparación previa como a la lectura en sí.

1. Preparando el ambiente antes de la lectura

Antes de comenzar con los cuentos para dormir, es fundamental preparar el ambiente adecuado. Un entorno tranquilo favorece la relajación y ayuda a los niños a entrar en un estado de calma.

Atenuar las luces: Unas luces suaves y cálidas ayudan a que el cerebro comience a asociar este momento con la hora de dormir. Evita la luz azul de pantallas al menos 30 minutos antes de la lectura.

Reducir ruidos y distracciones: Mantener el televisor apagado y reducir el ruido en casa contribuye a que el niño se enfoque en el cuento y no se distraiga.

Establecer horarios regulares: Intentar que la lectura ocurra siempre a la misma hora ayuda a crear un hábito que el niño reconocerá como una señal de que es hora de dormir.

Incluir una rutina de relajación previa: Un baño tibio, ponerse el pijama y lavarse los dientes antes de la lectura ayudan a marcar la transición hacia el descanso.

2. Elegir el cuento adecuado

El tipo de cuento que se elige puede influir en la calidad del sueño del niño. Algunos puntos clave a considerar son:

Historias tranquilas y relajantes: Evita cuentos con demasiada acción, suspenso o emociones fuertes que puedan alterar al niño en lugar de relajarlo.

Cuentos con estructura repetitiva: Las historias con patrones repetitivos ayudan a los pequeños a anticipar lo que viene, dándoles una sensación de seguridad.

Duración adecuada: Un cuento demasiado largo puede hacer que el niño se impaciente. Opta por historias cortas o fragmentos de cuentos más largos.

Temas positivos y reconfortantes: Historias sobre la amistad, la familia, la naturaleza o pequeñas aventuras suelen ser ideales para este momento.

3. Momento de la lectura: cómo hacerlo más efectivo

Una vez que el ambiente está listo y el cuento elegido, es importante prestar atención a cómo se lleva a cabo la lectura:

Leer con voz pausada y calmada: Un tono suave ayuda a que el niño se relaje. Evita cambios bruscos en la entonación para no estimularlo en exceso.

Fomentar la participación: Deja que el niño escoja el cuento o haga pequeños comentarios, pero sin interrumpir demasiado el ritmo.

Usar caricias o contacto físico: Mientras lees, puedes acariciar su cabello o darle la mano para reforzar la sensación de seguridad y afecto.

Finalizar con un mensaje tranquilo: Al terminar, susúrrale una frase cariñosa como «dulces sueños» para reforzar la sensación de calma.

4. Transición al sueño

Después de la lectura, es importante facilitar el paso al sueño sin interrupciones:

Evitar estímulos adicionales: No introducir nuevas actividades después del cuento, ya que podría reactivar la energía del niño.

Mantener un ambiente acogedor: Asegúrate de que la habitación esté a una temperatura confortable y que el niño tenga su peluche o manta favorita si lo necesita.

Despedida breve y amorosa: Un beso de buenas noches y salir con suavidad de la habitación ayuda a que el niño se acostumbre a dormirse solo sin sentirse abandonado.

¡Prueba estos consejos y disfruta de noches más tranquilas en casa!

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