Existen distintos estilos de crianza que inspiran momentos especiales en el cuidado del bebé. La crianza con apego es aquella que pone una atención especial a las necesidades del bebé. La práctica del colecho, por ejemplo, se contextualiza en este tipo de enfoque. Pero existe una filosofía que también tiene un gran protagonismo en la actualidad: la crianza consciente. Hoy reflexionamos sobre este tema de maternidad y paternidad en Rincón del Peque.
¿Qué implica la crianza consciente?
Si existe un hecho que marca un punto de inflexión en la vida de un ser humano es la formación de una familia. La responsabilidad de tener un hijo implica asumir decisiones. Decisiones que, en el contexto de este tipo de crianza, se sostienen sobre la base de la reflexión, la introspección y la búsqueda de la felicidad.
Cuando nace un bebé, el niño se convierte en un centro importante de la vida de sus padres. Sin embargo, esta atención al niño no implica la desconexión con uno mismo. La introspección resulta fundamental en este caso. Por ello, la crianza consciente escucha las necesidades del bebé, pero también pone el foco en el autoconocimiento. Una introspección que es muy necesaria en una etapa en la que el padre y la madre se observan a sí mismos desde esta nueva faceta.
Beneficios de la crianza consciente
¿Y qué beneficios produce este tipo de crianza? En primer lugar, pone en el centro a sus protagonistas. Personas que toman decisiones que están alineadas con conceptos tan importantes como inteligencia emocional y social, empatía, felicidad, atención plena y conexión con el presente. Los beneficios de la crianza consciente no son inmediatos porque es importante mantener esta filosofía en el largo plazo.
Esta práctica conduce a la conexión interpersonal a través del fortalecimiento de un vínculo en el que cada uno de sus protagonistas es importante.