Existen numerosos factores que influyen en la crianza de los hijos. El materialismo, el consumismo y el exceso pueden derivar en el síndrome del niño rico. Conviene señalar que es una situación que no solo puede producirse en hogares que gestionan un elevado presupuesto mensual.
¿Cómo se produce el síndrome del niño rico?
Está presente en aquellas familias en las que los niños acceden a una gran variedad de caprichos y sienten que todas sus peticiones son atendidas de forma inmediata. Eso supone un alto nivel de sacrificio en padres y madres que trabajan durante horas. Este tipo de crianza no alimenta un sentimiento de verdadera felicidad, sino que produce importantes carencias emocionales a largo plazo. Especialmente, porque el niño no disfruta verdaderamente aquello que recibe en un contexto marcado por la abundancia constante. Muchas de las cosas que ya posee pasan desapercibidas o se aburre pronto de la última novedad que ha recibido.
Existen diferentes factores que pueden propiciar los síntomas del síndrome del niño rico. En ocasiones, el exceso de caprichos muestra el contraste con un bien esencial en la vida familiar: el tiempo. Sin embargo, ante las dificultades que experimentan los padres cuando quieren compartir más momentos de calidad con los niños, pueden buscan otras formas de compensación. Aunque una amplia lista de regalos no es la mejor solución. Es una fórmula que tampoco debe utilizarse como una fuente de sobreprotección o como un medio para dar nuevas oportunidades al niño.
Qué consecuencias produce el síndrome del niño rico
El síndrome del niño rico alimenta el deseo de tener más (nada parece suficiente de un modo definitivo). Por otra parte, una crianza basada en el exceso no enseña el verdadero valor de las cosas y el esfuerzo que implica conseguir nuevos recursos. Genera expectativas imposibles en los niños que se frustran ante una negativa o un límite.