Durante el verano es muy común que los niños padezcan otitis externa, también llamada otitis de las piscinas o del nadador. Se trata de una infección de la piel del conducto externo que se produce cuando hay mucha humedad en el oído y el conducto auditivo se infecta. Como en esta época los niños suelen pasar mucho tiempo bajo al agua, es lógico que haya más casos.
Aunque no se trata de una dolencia grave, los niños que sufren otitis externa pueden sufrir dolor y molestias, así que es mejor prevenirla siguiendo los consejos que vamos a ofrecerte a continuación. ¿Nos acompañas?
Secar el oído de los pequeños
Una de las cosas que más les gusta hacer a los niños en verano es sumergirse en el agua de la piscina y de la playa. Sin embargo, como te acabamos de comentar, esto puede tener consecuencias negativas para la salud de sus oídos. Para prevenir la otitis externa, lo primero que deberás hacer es secar las orejas de los peques con una toalla y con mucho cuidado en cuanto salgan del agua. Además, es recomendable que los niños inclinen la cabeza hacia los dos lados para que el agua salga más fácilmente. Lo importante es que los oídos se mantengan secos cuando ya no estén dentro del agua.
Cuidado con los bastoncillos
Por otro lado, no se recomienda meter bastoncillos ni otro tipo de objetos en los oídos. Mucha gente no lo sabe, pero los oídos se encargan ellos solo de limpiar la cera que contienen.
Propensos a la otitis
Si tu hijo es propenso a la otitis, lo mejor que puedes hacer es comprarle unos tapones para los oídos. Por supuesto, deberás seguir poniendo en práctica los consejos anteriores. Es más, deberás secar sus oídos con más atención.