La depresión posparto es ese sentimiento de tristeza y vacío interior que afecta a algunas madres en las primeras semanas de la maternidad. Los cambios hormonales influyen en este cambio emocional. Una mujer vive muchos cambios internos y externos asociados a la maternidad. Esta sensación de sentirse desbordada por esos cambios a los que necesita adaptarse, puede condicionar la influencia en la depresión posparto. Conviene puntualizar que esta alteración del estado de ánimo es más habitual en madres primerizas.
Cambios sociales
Una de las primeras consecuencias que experimenta una mujer tras dar a luz es que tiene menos tiempo para sí misma. Esto produce alteraciones en sus hábitos de planes sociales. Estos cambios también pueden afectar al plano profesional. Todo ello puede dar lugar a una sensación de añoranza de detalles de la etapa previa a la maternidad.
Historia personal previa
Una persona que ha sufrido algún tipo de depresión en su vida es más vulnerable ante el riesgo de experimentar esta tristeza posparto. Por ejemplo, una persona con tendencia hacia la negatividad. Sin embargo, es importante evitar cualquier tipo de estereotipo puesto que cada caso es único. Al igual que cada historia.
Exceso de expectativas
Una mujer no solo puede sufrir por las altas expectativas que ha puesto sobre sí misma en relación con la maternidad. También recibe muchos estímulos externos que le envían información sobre perfección en la maternidad. Este peso psicológico puede somatizarse en esta etapa, produciendo una pérdida de energía y dando lugar a preocupaciones sobre la propia capacidad de dar respuesta a las dificultades propias de este periodo. El cansancio psicológico y físico reducen la capacidad de respuesta en la gestión emocional.
Circunstancias personales
Cualquier persona es vulnerable de sufrir una depresión posparto; así como cualquier tipo de depresión. Sin embargo, las circunstancias personales influyen. ¿Por qué motivo? Porque aumentan o reducen los recursos de resiliencia personal en esta etapa. Por ejemplo, haber vivido un embarazo complicado, no tener apoyo familiar, la edad o dificultades económicas son factores a tener en cuenta.