Una familia está formada por personas diferentes, sin embargo, este entorno inmediato produce una influencia directa en cada uno de ellos. La terapia familiar adopta este enfoque holístico del ser humano al atender no solo a su esencia individual, sino también a sus vínculos con el entorno en la realidad familiar. Esta atención puede ser muy importante en situaciones que plantean problemas de comunicación o generan un sufrimiento en los niños. ¿Cuáles son los beneficios de la terapia familiar?
1. Diagnóstico
Las personas pueden estar tan inmersas en la realidad de su propia vida que no se paran a pensar en la situación en sí misma. Para superar un obstáculo que está afectando de manera negativa a la convivencia es necesario conocer qué está ocurriendo. Este diagnóstico aporta luz a la situación.
2. Empatía
La felicidad en la familia requiere de altas dosis de empatía para superar el individualismo y potenciar la conexión con los demás. Una terapia familiar aporta información sobre aquello que está ocurriendo, atendiendo no solo al punto de vista propio, sino también a la percepción de los demás.
3. Comunicación
Cada sesión de una terapia familiar crea un espacio que invita al diálogo a través de un entorno que pone en valor la palabra y la escucha. Este aprendizaje no solo puede producir un efecto significativo a corto plazo, sino también ofrecer la oportunidad de desarrollar nuevas habilidades.
4. Colaboración
Con el fin de impulsar cambios significativos en el seno de una familia es importante que exista un compromiso para colaborar en el objetivo común de cuidar el bienestar. Este objetivo se concreta en acciones más específicas de las que cada uno puede hacerse responsable.
Existen momentos en los que una familia permanece estancada en una situación que no logra gestionar por sí misma. En ese caso, es importante pedir ayuda externa.