Los celos entre hermanos son muy habituales. Se trata de un estado afectivo que se caracteriza por el miedo a perder o ver reducidas las atenciones de los padres debido al nacimiento de un nuevo hermano. Según algunos expertos, los celos son necesarios en el desarrollo de los niños, ya que les ayudan a madurar.
Los celos son más comunes en primogénitos, niños sobreprotegidos, en hogares con una gran rivalidad entre adultos y cuando hay mucha diferencia de edad entre hermanos. Aunque no deberían preocuparte, sí que es importante que intentes limitarlos para evitar que tus hijos sufran más de la cuenta. Hoy te damos algunos consejos para que lo consigas.
Antes del nacimiento del nuevo hermano
Para evitar que los niños tengan celos, antes del nacimiento de un nuevo hermano los padres deben mostrar tranquilidad, evitando el chantaje emocional. Por ejemplo, nunca deberías utilizar frases como “si no te portas bien vamos a querer más al hermanito que a ti”. Por supuesto, también deberás vigilar cómo actúa el resto de la familia.
Durante el nacimiento
Desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan no llevar al niño fuera de casa durante los días que rodean al nacimiento del nuevo hermano. En caso de necesitar ayuda, lo mejor es que un familiar acuda a tu casa. Además, no debes dramatizar el parto, ya que el pequeño podría vivirlo como si se tratara de una agresión a su madre. Por otro lado, recomiendan que el niño vaya a ver al bebé el mismo día del nacimiento. Lo ideal es que se el padre quien le acompañe.
Después del nacimiento
Cuando la madre y el bebé lleguen a casa, es importante dejar que el niño vea y toque al pequeño para que disminuya su curiosidad. Además, es buena idea que la madre le anime a ayudarla, pero no como una obligación, sino como un juego. Por otro lado, es importante que durante estos días no hagas cambios en la vida del pequeño.
Por último, queremos recomendarte que evites en todo lo posible reforzar las actitudes regresivas. Por ejemplo, no tendrás que reírle las gracias si éstas son una regresión a conductas infantiles.