Una de las cosas que más preocupa a las embarazadas es el aborto natural que, aunque es más habitual en el primer trimestre, puede producirse en otros momentos de la gestación. Según algunos estudios, alrededor de un 10-20% de los embarazos detectados terminan en aborto.
Como en Rincón del Peque ya te hemos hablado sobre los síntomas del aborto espontáneo, hoy queremos hablarte de las causas, que en la mayoría de los casos no llegan a determinarse. ¿Te gustaría acompañarnos?
Causas maternas
El aborto natural puede producirse por un gran número de causas y, de hecho, como te acabamos de comentar, en muchos casos los médicos no consiguen averiguar por qué el feto no ha salido adelante. Los motivos más comunes podemos dividirlos en tres categorías: causas maternas, paternas y fetales. En cuanto a las primeras, podemos incluir los trastornos en el desarrollo de la placenta; tumores o deformidades en el cuello uterino; infecciones; traumatismos; enfermedades sistemáticas; intolerancia de Rh (incompatibilidad entre la sangre del feto y de la madre); consumo excesivo de cafeína; e insuficiencia del cuerpo lúteo.
Otras causas
Por otro lado, las causas paternas están relacionadas con anomalías en el esperma o alteraciones genéticas. Además, como te acabamos de comentar, es posible que el aborto natural tenga que ver con problemas en el feto: anomalías congénitas, infecciones, mutaciones cromosomáticas…
Factores de riesgo
Por último, queremos comentar que hay algunos factores que aumentan el riesgo de sufrir un aborto natural, como la edad (cuanto más mayor es la mujer, más dificultades hay para concebir un bebé), el historial de abortos, algunas enfermedades y afecciones crónicas, problemas uterinos o cervicales, problemas genéticos, infecciones, fumar, beber alcohol, tomar drogas, algunos medicamentos, toxinas del medioambiente, obesidad y determinados procedimientos diagnósticos, como la amniocentesis.