En ocasiones los niños pequeños muerden a otras personas, sobre todo, a otros niños con los que comparten guardería, juegan en el parque… e, incluso, a sus propios hermanos o padres. Son situaciones en las que es importante detectar la causa por la que realizan esta acción para intentar corregirla. Y es que, a veces, simplemente se trata simplemente del nacimiento de los dientes y del dolor que les puede ocasionar, mientras que en otras es una llamada de atención o bien el reflejo de problemas más serios. ¿Qué puede hacerse? Hay consejos útiles y bastante efectivos.
Los consejos
Uno de los mejores remedios cuando el niño ha mordido a otro es indicarle de forma tranquila y pausada que su comportamiento no está bien y que esto no debe hacerse. No es nada positivo gritarle, sino que hay que hacerle ver, en la medida de su capacidad de comprensión, que ese gesto hace daño y molesta a otras personas. Y, por supuesto, nunca hay que morderle para que note el dolor. Esto solo genera una conducta más agresiva.
Para que comprenda mejor el daño que causa al morder, es positivo apartarlo de otros niños, tras haber mordido a alguno, durante un tiempo determinado para que entienda que su actitud no gusta y que debe modificarla para estar jugar o estar con otros.
También es efectivo no llevarle en brazos ni jugar con él cuando ha mordido para que vea que ese comportamiento no llama la atención de los padres o de las personas que tiene a su alrededor.
Muy importante es enseñar al niño a mostrar sus emociones con palabras y no a través de este tipo de gestos. De esta manera, es conveniente ayudarle a reflejar que está triste, enfadado… y a explicar por qué tiene esos sentimientos. Además, este proceso tiene que hacerse siempre desde una actitud amorosa por parte de los padres y siempre reforzando lazos positivos y fortaleciendo su inteligencia emocional.
Alternativas
El hábito de morder cuesta quitarlo una vez ha aparecido y hay que ser constante para eliminarlo. Mientras se consigue, una alternativa puede ser darle cosas que se pueden morder como, por ejemplo, una manzana o algún otro alimento o producto que le permita hacer el gesto, pero sin hacerse daño.