La comunicación entre familia y escuela fortalece el vínculo y, además, influye positivamente en el niño. El diálogo es importante en cualquier contexto, pero es un ingrediente que impulsa la resiliencia en tiempos de cambio e incertidumbre.
1. Roles definidos para mejorar la comunicación entre familia y escuela
La familia y los profesionales que trabajan en un centro educativo forman un equipo. Pero cada uno de ellos ocupa un lugar en la vida del niño. Y, por otra parte, la función de un profesor es diferente a la del padre o la madre. Es importante respetar el espacio y la labor de cada perfil.
2. Utilizar los canales habilitados para la comunicación
Cada centro educativo ofrece distintas herramientas para impulsar el diálogo con las familias. Algunos colegios, por ejemplo, cuentan con un buzón de sugerencias para proponer ideas. Del mismo modo, las escuelas de padres y madres están cada vez más presentes en el entorno académico. Organizan talleres sobre crianza, inteligencia emocional y educación. Las tutorías también son esenciales para mejorar la comunicación entre la familia y la escuela.
En todos los canales habilitados para propiciar la interacción entre el centro y las familias, es importante practicar el respeto, la escucha y la amabilidad. La forma en la que se expresa un mensaje puede influir positivamente en el entendimiento (pero un tono inadecuado también puede producir el efecto opuesto).
3. Mantener una frecuencia en la comunicación
De este modo, es posible realizar un seguimiento de la evolución infantil y conocer las circunstancias concretas en cada tiempo del curso escolar. La constancia en el diálogo no solo es positiva para poner en común datos importantes, sino también para mejorar la confianza.
4. Plantear preguntas abiertas
El diálogo entre familias y profesores no solo se sustenta en interrogantes que tienen un enfoque abierto. Sin embargo, este tipo de pregunta sí es muy importante para evitar suposiciones y datos sin contrastar.