El verano es uno de los periodos más esperados del calendario escolar como sinónimo de vacaciones. Son muchas las actividades que los niños pueden disfrutar en este tiempo. Asistir a un campamento de verano es una posible idea. ¿Cuáles son sus ventajas?
1. Temática variada
Puedes encontrar campamentos de temas muy diferentes. Los idiomas son una temática habitual. En ese caso, el niño puede seguir aprendiendo, ampliar el vocabulario de sinónimos y antónimos, mantener conversaciones con otros compañeros y ganar autoconfianza en sí mismo.
2. Inteligencia emocional
Más allá de la temática principal del campamento, existen aspectos universales en estas propuestas de ocio y tiempo libre. En cada campamento se crea un espacio de convivencia en el que se fomentan valores como el trabajo en equipo, la colaboración, el cuidado de la naturaleza y el respeto.
3. Conciliación familiar
El horario profesional no coincide con las vacaciones de verano de los centros escolares. El horario de un campamento de verano puede favorecer esta conciliación durante un periodo específico. Por ejemplo, existen campamentos urbanos a los que los niños asisten cada día y regresan a su hogar tras el horario final de la nueva jornada. El coste de los campamentos urbanos suele ser más económico.
4. Prevenir la sobreprotección
Esta nueva vivencia no solo puede formar a los hijos sino también a padres y madres que observan la evolución del niño y la experiencia infantil en torno al campamento desde la perspectiva del antes, el durante y el después.
5. Autonomía
El niño participa de la programación que compone la agenda del campamento en colaboración con los compañeros y con los profesionales que forman el equipo. En esta nueva rutina los niños pueden tomar decisiones en un escenario de seguridad.
La esencia de los campamentos de verano es práctica. Por tanto, este aprendizaje está basado en la experiencia.