Uno de los factores que puedes tener en cuenta al comprar un juguete para un niño es el potencial que aporta dicho entretenimiento. En las jugueterías encontrarás una variada oferta de juguetes de arrastre. Los niños exploran el entorno directo mediante su experiencia. Los juguetes de arrastre son aquellos con los que el niño se divierte cuando ya camina o empieza a gatear (la elección del regalo se contextualiza en la etapa en la que se encuentra el protagonista).
1. Movimiento
El niño descubre el entorno desde este punto de vista específico. El diseño de este tipo de producto hace que el protagonista tenga la capacidad de mover con facilidad el juguete de un punto a otro.
2. Distancia
La experiencia que el niño adquiere en la percepción del espacio le aporta una visión esencial de datos que configuran la superficie de un lugar. Por ejemplo, la distancia adquiere especial relevancia en este contexto.
3. Habilidades motoras
El niño experimenta una evolución en el periodo de crecimiento propio de la infancia. Mediante la experiencia del juego, el niño adquiere y pone en práctica nuevas habilidades. Por ejemplo, el protagonista aprende nuevos movimientos.
4. Observación de la relación de causa y efecto
La vinculación de estos conceptos tiene un importante valor en la ciencia y en la comprensión del mundo. La conexión entre un hecho y una consecuencia es observable en el descubrimiento de la realidad. Una asociación de ideas que parte de la referencia de la experiencia más inmediata que aporta el juego.
5. Estimular los sentidos de los niños
Los niños descubren las características del espacio más próximo a través de los sentidos. La vista es uno de los sentidos que ofrece una importante fuente de información en relación con la distancia, el volumen, el movimiento, la forma de las cosas… Factores que también intervienen en la experiencia del juego con un juguete de arrastre.